lunes, 12 de mayo de 2014

Sesión 2: La secta de las profundidades

Los héroes decidieron que en ese vestíbulo no podían hacer nada más. Al salir de esas ruinas vieron una silueta humanoide que se les acercaba corriendo, a los pocos segundos, cuando se dieron cuenta de que la figura era un wookie que les iba a atacar, oyeron un grito -¡Apartaos!- seguido de un disparo que atravesó el cráneo de la criatura.

Bastón/Rifle Blaster Largo
El tiro provenía de un extraño anciano, se apollaba sobre una especie de rifle blaster largo, obviamente de invención propia. El anciano era calvo, con chepa, desdentado casi al completo y vestía harapos, que en su día podrían haber formado parte de algún uniforme militar.

El anciano tras aproximarse un poco y descubrir que los héroes no representaban ninguna amenaza les ofreció cobijo en un "poblado" cercano, una pequeña comunidad de la cual él era líder. Los héroes aceptaron el ofrecimiento, ya que eso entre otras cosas representaba seguridad y una comida semidecente en el plato.

El "poblado" si es que se le podía llamar así, estaba hecho de chapas y escombros, aun que sorprendemente poseían agua potable y electricidad (sin duda, se aprovechaban del reactor nuclear de los laboratorios). También tenían un pequeño comercio regentado por un rodiano, una especie de bar y un edificio que haría las veces de ayuntamiento, la casa del anciano.

Tras entrar y conocer el lugar, los héroes se fueron a la tienda del rodiano. Esté les ofreció  armas, una armadura y provisiones, a cambio de munición, armas y las gónadas de Alopecio. Obviamente rechazaron el trato y con ayuda del truco mental Jedi, que le hizo Seiker Φ se pudieron llevar todo sin que nadie perdiera ninguna parte del cuerpo.

La cena la hicieron en la casa del anciano, que les explicó donde había un turbo ascensor, aun funcional que les llevara a la superficie. Terminada la cena, el anciano insistió para que durmieran en su casa, a cambio él les mejoraría las armas. Durante la noche los héroes, desconfiando hicieron guardias en la habitación. Estó no valió de nada, en la primera guardia, realizada por _____(Ladrona de Naves), les gasearon con gas somnífero. Nadie pudo resistirse, se despertaron en una especie de altar, todos maniatados en cruces, con el anciano vestido como un sacerdote, delante de ellos (acompañado de su inseparable rifle/bastón), sus armas a un lado y todo el poblado presenciando la ceremonia.

-!Hermanos¡ Estamos aquí reunidos por que estos demonios profanos han osado entrar en nuestras tierras.-Dijo el anciano, a lo que la gente empezó a abuchear a los héroes.
-Debemos de judgarlos y condenarlos a morir para purificar sus espíritus- Tras esto todos los asistentes aplaudieron.
-Se os encuentra culpables de profanar nuestras tierras sagradas. Y como castigo para vuestra carne y purificación para vuestras almas solo hay un método. ¡Canibalización!- Los asistentes empezaron a reir y aplaudir...

Mientras el anciano seguía con su discurso, los héroes consiguieron soltarse de sus ataduras, Seiker Φ gracias a la fuerza y el resto con fuerza bruta.

Al acabar el discurso el anciano se aproximo con un cuchillo a _____(Ladrona de Naves), por suerte esta pudo detenerlo con su mano liberada y mientras el resto cogieron las armas.Al ver esto los asistentes no dejaron de disparar hacia el altar. Entre tiros, Seiker Φ creo una ilusión que afecto a todos los asistentes, con la intención de distraerlos y poder escapar por uno de los túneles del altar, acción que también aprovechó para matar al anciano y quedarse con su bastón. Pero por desgracia, no todos pudieron escapar y Alopecio fue capturado por los sectarios.

Huyendo por los túneles, acabaron en una pequeña habitación llena de escombros, con el cadáver espachurrado de una cucaracha gigante y un techo tan alto que no se veía donde terminaba. Estaban en el hueco de un ascensor, un ascensor que ya conocían por que era el del edificio de oficinas del que habían salido antes de encontrarse con el anciano.

Ahora, a pesar de haber vuelto al principio ya sabían donde encontrar un turbo ascensor aun funcional. Sólo les quedaba una decisión por tomar, volver a por Alopecio o pasar de él y escapar de una vez por todas de ese infierno. 

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